viernes, 21 de enero de 2011

Social Distortion: Hard Times and Nursery Rhymes



A  casi siete años de su último disco de estudio (Sex,  Love and Rock ’n’ Roll, 2004), dedicado a la memoria del  guitarrista y miembro fundador  Dennis Danell quien falleciera en el año 2000, Social Distortion –la banda de Punk-Rock originaria de Orange County, California –lanza su séptimo  álbum Hard Times and Nursery Rhymes (2011), bajo el legendario sello discográfico fundado por Brett Guerewitz, guitarrista de Bad Religión: Epitaph.  Tras algunos reajustes –la salida del John Maurer, quien formara parte de la banda desde 1984, y la del baterista Charlie Quintana,  –la alineación que acompaña al gansteril guitarrista y cantante Mike Ness, se compone de algunos nuevos integrantes. Si bien éste es el segundo disco que el ya no tan joven guitarrista Johnny “2 Baggs”  Wickkersham graba con la banda, sí es el primero en el que el bajista Brent Harding entra al estudio para grabar más de un tema, como lo había hecho con anterioridad en el  disco de grandes éxitos en el 2007, donde participó en la única canción inédita del álbum: “Far Behind” y el cover de Chuck Berry "Maybellene" .  Por su parte el baterista David Hidalgo Jr., otrora miembro de los también legendarios Suicidal Tendencies y heredero musical del guitarrista y cantante de Los Lobos, Daniel Hidalgo Padre (puro grande chingá), pone un aparente punto final a la serie de sucesiones que se han dado en la banda, para regresar a la carretera y tocar en vivo, sin duda, lo que mejor sabe hacer la agrupación y lo que  les ha dado un ejercito callejero de fieles seguidores que agotan fechas a cada visita a su ciudad, en recintos tan íntimos como los House of Blues en los Estados Unidos o escenarios más grandes en el resto del mundo.



Ante un primer acercamiento, Desde "Road Zombie" –una canción instrumental que ya habían presentado en conciertos durante la década pasada,  y que delata el poder de golpeo de las guitarras del la banda,  uno de sus mejores recursos –, el escucha  parece enfrentarse  a una serie de clásicos instantáneos  que se suceden con la impecable marcha de las letras que han curado el rencor de antaño. El gemir de las guitarras que resisten el peso ineludible del tiempo con la sabiduría que ha devenido en nostalgia y en momentos alegría se acompañan de la voz impecable de Mike Ness, y el tono en general del álbum que corta el aire y desquicia toda noción de tiempo. De los tintes de blues que poseen canciones como “California (Hustle and Flow)”, “Bakersfield”, pasando por sonidos de un rock and roll más puro como la pista  “Can´t Take It With You”, con coros cercanos al góspel, hasta “Writing on the Wall” y el gran cover de  Hank Williams –que ya habían grabado con un sonido bucólico y propio al tema original –“Alone and Forsaken” con el que la banda le rinde tributo al los himnos folk, el sonido sureño del que Mike Ness ha explorado ha echado mano con sin compasión y virtuosismo en sus discos de solista. Por otra parte, temas como “Gimme the Sweet and Lowdown”, “First Side Nowhere”,  “Machine Gun Blues” –canción que por el reastallido de la música y la voz de Ness, a ratos consigue recordar el cover de los Rolling Stones que la banda californiana ha tocado desde sus inicios: “Under my Thumb” y la siempre presente influencia de The Clash –Social Distortion elabora un metadiscurso de su propio sonido para amalgamar el toque estilístico de álbumes como Somewhere Between heaven and Hell, Whithe Light, Whithe heat, White Trash, hasta los antaños  Prison Bound y Mommy’s Little Monster.

Así, ante una experiencia más atenta del disco uno termina por comprender que los temas no poseen en sí mismos  la cualidad de ser clásicos instantáneos, sino que que es la solidificación de un estilo propio, capaz de pelear a doce asaltos sin perder la peligrosidad de noquear en cualquier instante, como un boxeador que sale al ring, bien fajado, con pantaloncillos aleopardados más cortos que el de sus oponentes  a intercambiar golpes como pugilista anácrónico, pero con la ejecución impecable de una táctica sólo pensada en los libros de historia y no la nueva posibilidad de un sonido hurtado y reinventado.  El punzante filtro estético que Social Distortion infringe a sus seguidores deja a ratos el sabor  a mesura e intensidad que  posee la melancólica pintura costumbrista de Edward Hopper o el realismo vehemente del otro pintor estadounidense George Wesley Bellows. Con la añoranza a otra época los fanáticos crecen con el sonido de Social Distortion y descomponen un mundo que tiende a la homogeneidad de la cultura. Iggy Pop decía que de su país extrañaba  ese eclecticismo de antaño, en el que uno podía disfrutar de un plato de comida haitiana dentro de una casa tradicional, mientras bebía burbon y se preparaba para ir al bar a escuchar rock and roll.
 


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